Extracto del evento “La Inteligencia Emocional, ¿importa?” organizado por CognosOnLine y CrossKnowledge
La Inteligencia emocional hace referencia al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo estos nos influyen a la hora de relacionarnos con otros, tomar decisiones, entre otras acciones.
Tomar consciencia de lo que sentimos es un punto clave para decidir de manera estratégica en todos los ámbitos, especialmente cuando a trabajo se refiere. Por ello es importante que los equipos desarrollen esta habilidad y así logren fomentar el su crecimiento personal al tiempo que se mejora la productividad empresarial.
La importancia de la Inteligencia Emocional está presente también en cada uno de los cotidianos actos que realizamos, lo que podemos evidenciar en la siguiente historia de Daniel Goleman, ocurrida en un colectivo en NY.
Historia colectivo en NY
Era una tarde de agosto insoportablemente húmeda en la ciudad de Nueva York. El tipo de tarde húmeda que hace que la gente esté de mal humor.
Yo regresaba al hotel y al subir al autobús que me llevaba al Madison Avenew me sorprendió oir que el conductor (un afroamericano de mediana edad) me saludaba con un cordial “hola, ¿cómo le va?”, saludo que ofrecía a todo el que se subía al autobús, mientras se deslizaba entre el denso tránsito de la ciudad.
Todos los pasajeros estaban tan sorprendidos como yo y atrapados en el clima taciturno desfavorecido por el día. Muy pocos respondieron el saludo. Pero mientras el autobús avanzada lentamente calle arriba, se produjo una transformación lenta, casi mágica: el conductor ofreció a los pasajeros un ágil monólogo, un animado comentario sobre los escenarios que sucedían ante nosotros.
“Había una liquidación increíble en esa tienda; una exposición maravillosa en ese museo; ¿alguien ha oído hablar de la nueva película que acaban de poner en el cine en de la otra manzana?”
El deleite que sentía ante las variadas posibilidades que brindaba la ciudad resultó contagioso. Cuando los pasajeros bajaban del autobús lo hacían despojados del caparazón de mal humor con el que habían subido inicialmente, y cuando el conductor gritaba un “hasta pronto, que tengan un buen día” cada uno respondía con una sonrisa.
El recuerdo de este evento me acompañó durante casi 20 añosDesarrolla la inteligencia emocional de tu fuerza laboral, el CognosOnline te ayudamos a lograrlo, contáctanos.