¡Así es! Las competencias básicas ya no son suficientes, porque, ahora, los reclutadores tienen en cuenta destrezas adicionales que marcan la diferencia en los procesos de selección de personal. En este artículo te contamos de qué se tratan y cuáles son las que más demanda el mercado actual.
Habría que comenzar diciendo que las organizaciones buscan perfiles profesionales integrales, que, más allá de una serie competencias técnicas, permitan una real adaptación a las nuevas dinámicas sociales y laborales que exige el mundo actual. Es por eso que los departamentos de recursos humanos buscan integrar a sus compañías no solo a colaboradores que cuenten con las aptitudes técnicas necesarias para cumplir con los proyectos dispuestos por el empleador, sino que, además, están interesados en que uno de sus puestos de trabajo lo ocupen personas que puedan poner sus aptitudes a dialogar con sus actitudes.
Estas últimas, entendidas como el conjunto de características personales que hacen del individuo una persona dispuesta a comportarse y a obrar de manera adecuada en determinados contextos y son el fundamento de sus competencias laborales.
Te puede interesar: 6 tipos de mentoring para fomentar el aprendizaje en tu empresa
¿Qué son las competencias laborales?
En cualquier proceso de selección de personal, uno de los aspectos que se evalúa con más rigor es el de las competencias laborales. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ese concepto? Partamos por entender a las competencias laborales como las habilidades que posee una persona para cumplir con sus tareas de manera ágil, completa y eficaz.
Por eso es que, a la hora de reclutar posibles candidatos para ocupar un puesto de trabajo disponible, una empresa contempla una serie de requerimientos competitivos, personales y sociales en los perfiles de los aspirantes. Es decir, analiza sus competencias profesionales, sus competencias básicas e, inclusive, sus competencias sociales. Y así es como considera si está verdaderamente capacitado.
Tipos de competencias laborales
Actualmente, encontramos tres tipos de competencias laborales. Avanzar en ellas es subir un peldaño para alcanzar un perfil más integral y direccionado a los lineamientos del mercado laboral.
1. Competencias laborales básicas
Como su nombre lo dice, las competencias laborales básicas son las habilidades esenciales que tiene una persona. Este tipo de competencias suelen ser universales y abarcan una serie de conocimientos que son adquiridos por una persona desde muy temprana edad y que se afianzan con la educación formal.
Algunos ejemplos son la lectura, la escritura, las matemáticas, la gramática, entre otros. De estas, se derivan dos subgrupos.
- Competencias personales:
En este subgrupo entran las aptitudes que se aprenden con la educación formal, como lo son las operaciones básicas de la matemática, la lectura, la escritura, entre otros.
- Competencias sociales:
A este grupo pertenecen aquellas destrezas que se relacionan con la conducta básica y la interacción con el otro, como lo son los modales, la comunicación y la sana convivencia.
Las competencias laborales básicas son fundamentales para el desarrollo de cualquier conocimiento posterior. Estas habilidades pueden ser desarrolladas por cualquier persona, y con ellas aumenta la posibilidad de adquirir otro tipo de competencias que serán fundamentales para el progreso personal y corporativo.
2. Competencias laborales genéricas
Las competencias laborales genéricas o transversales, son competencias profesionales que abarcan los aspectos generales del mundo corporativo. Estas competencias están estrechamente relacionadas con el pensamiento creativo y la inteligencia emocional, y van a ser útiles en cualquier disciplina o campo laboral.
Una persona que posea competencias laborales genéricas se caracteriza por tener una personalidad proactiva y creativa. Otras cualidades serían la adaptabilidad, la comunicación, el trabajo en equipo, la solución de conflictos, el gusto por el aprendizaje, la planificación y gestión, la orientación a resultados.
En este punto es importante aclarar que, a diferencia de las competencias laborales básicas, las genéricas no son destrezas que tengan todas las personas. Pero no hay que preocuparse por eso, pues son competencias que pueden ser aprendidas como si se tratara de cualquier conocimiento.
Al ser este tipo de competencias una suerte de requerimiento enfocado en las empresas, es fundamental que las personas encargadas de recursos humanos entiendan cuál es la atmósfera corporativa de su empresa y, así, buscar un perfil que tenga competencias genéricas que se adapten a ese entorno en particular.
Por ejemplo, si hablamos de una empresa que se enfoca en la creatividad, el candidato deberá ser una persona creativa.
3. Competencias laborales específicas
Como su nombre lo indica, estas habilidades van hacia lo específico. Mientras que en las competencias laborales genéricas hablábamos de destrezas que se enfocan más en el ambiente corporativo, estas competencias se relacionan con el conocimiento y el oficio en concreto.
Sin embargo, este tipo de habilidades van de la mano con las competencias genéricas. En ese orden de ideas, si, por ejemplo, una persona posee habilidades para la solución de problemas, podrá desempeñar un cargo como líder.
Te puede interesar: Las habilidades para el trabajo más importantes para las empresas
¿Cuáles son las 10 competencias laborales más valoradas en el mercado?
Luego de hacer un recorrido por los principales conceptos y los tipos de competencias laborales, la pregunta es: ¿Cuáles son las habilidades que más buscan los reclutadores de personal?
Muchas de estas competencias tienen que ver con la motivación que un empleado tenga para conseguir resultados a corto, mediano y largo plazo. Por esta razón, haremos un recorrido por 10 destrezas que hacen que el perfil de un candidato sea más atractivo en el mercado.
1. La capacidad de aprendizaje será siempre una de las más demandadas
Una de las actitudes más importantes a la hora de asumir un nuevo empleo, es tener interés por aprender. Ya sea porque la persona que asume el puesto es nueva en lo que hace o porque quiere afianzar los conocimientos previos, para un reclutador es fundamental la motivación que alguien demuestra por aprender.
Esto no solo ayudará al empleado a crecer profesionalmente, sino que será clave para el crecimiento de la compañía. Las empresas también pueden convertir este aspecto en una herramienta para incentivar a sus empleados, por medio de políticas de crecimiento y planes de carrera.
2. Responsabilidad, clave para al evaluar las competencias
Esta característica no solo es importante dentro del ámbito laboral, sino fuera de él, y, por esta razón, se ha convertido en uno de los aspectos más atractivos a la hora de evaluar el perfil de un candidato.
Tener responsabilidad no solo se relaciona con los aspectos generales en torno a las políticas laborales, como lo son la puntualidad, el cumplimiento de objetivos en tiempos razonables, el buen comportamiento, entre otros.
También se relaciona con la obligación que adquiere el trabajador en función de una empresa en particular, y, de esta forma, garantizar el buen manejo de información corporativa, la confidencialidad, el crear una buena imagen, el compromiso con su propio puesto de trabajo y con los de los demás, etc.
3. La comunicación permanece como una de las más importantes
La comunicación hace la diferencia en el momento de seleccionar un candidato. La capacidad de hablar en público y de expresar ideas de forma oral y escrita, permite una interacción más asertiva y, por ende, facilita el trabajo en equipo.
Es importante que quien es bueno para comunicar, también sepa escuchar a los demás para crear relaciones horizontales.
Esta es una destreza que acompaña cargos de liderazgo como lo son los gerenciales, los directivos y los administrativos. Las herramientas comunicacionales permitirán una mejor relación entre todas las partes, para procurar desarrollar estrategias y planes más eficaces que beneficien a la empresa a largo plazo.
4. Trabajo en equipo: se mantiene entre las preferidas de los reclutadores
El trabajo en equipo se relaciona de forma directa con lo anterior, pues no se puede trabajar en equipo si no hay buena comunicación. Un buen ambiente laboral depende de que los empleados sepan interactuar entre sí, y, por lo tanto, que puedan trabajar en conjunto.
Un buen trabajo en equipo implica que cada empleado pueda aportar lo mejor de sí y que, a su vez, sepa reconocer la importancia del trabajo que realizan sus compañeros. Esto propiciará un ambiente de respeto y de empatía, que se nutrirá de prácticas comunicativas como el diálogo y las conversaciones constructivas.
5. La flexibilidad como estrategia para tener un perfil atractivo
Una característica que resulta muy atractiva para los reclutadores es el riesgo que asume alguien al salir de su zona de confort. Hoy en día, las organizaciones están en constante cambio, y es por esa razón que buscan perfiles que sepan acoplarse a esas transformaciones.
El cambio implica evolución, lo cual es beneficioso para el aprendizaje del trabajador y para el futuro de la organización.
6. Iniciativa: la llave que permite superar la evaluación de competencias
Un empleado apasionado y motivado sentirá un gran compromiso y sentido de pertenencia por su empresa. Es por esto que la motivación es una característica que va de la mano con la iniciativa, porque propenderá por la creatividad y la innovación para hacer que su empresa crezca.
Esta es una destreza que, tanto empleado como empleador, deben fomentar, por medio de canales de comunicación efectivos y buen ambiente laboral. A largo plazo, la energía puesta en estas iniciativas incrementará la productividad, y con ella la evolución de la empresa.
7. Toma de decisiones, la competencia profesional que te resalta
Un candidato, especialmente si se encuentra aspirando a un cargo con cierta responsabilidad, debe saber tomar decisiones de forma ágil y efectiva. Esto implica que el empleado sepa prever las consecuencias de las determinaciones que tome con cierta independencia.
Tal autonomía le permitirá adelantarse a los acontecimientos sin necesidad de esperar una respuesta de su jefe inmediato. De esta manera, el empleado sabrá qué decisión tomar y en qué momento tomarla, para no retrasar su propio trabajo ni el trabajo de sus compañeros.
8. Creatividad e innovación, muy valoradas en el mercado cambiante
Esta es una destreza que va de la mano con la flexibilidad y la adaptación al cambio. Un profesional que tenga ideas innovadoras, propenderá porque su organización esté a la vanguardia.
Una persona creativa, será capaz de proponer estrategias que intervengan en los procesos corporativos, y también hará un control de los proyectos de innovación que ponga en marcha, y así poder medir con más detalle los resultados obtenidos.
9. Adaptabilidad: la competencia laboral estrella del 2024
La adaptabilidad es una de las habilidades blandas más importantes del 2024. ¡Considéralo! El mercado empresarial es cambiante y, cada vez más, va a requerir de personas que puedan identificar y aprovechar rápidamente las oportunidades que se presentan, satisfaciendo al cliente de forma efectiva.
Esto implica que debes tener la capacidad de ajustar y modificar las estrategias que te plantees, según las cambiantes condiciones del mercado, las tendencias del consumidor y los entornos comerciales.
10. Inteligencia emocional, la habilidad que impacta en el mundo empresarial
La inteligencia emocional en el trabajo es una habilidad cada vez más valorada en el mundo empresarial.
Esta competencia laboral es muy valorada por los reclutadores, porque abarca la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones, así como las emociones de los demás. Desarrolla un papel fundamental en el entorno laboral, porque impacta directamente en la comunicación, el trabajo en equipo, en la resolución de conflictos y en el liderazgo efectivo.
¿Cómo ha cambiado la demanda de competencias laborales tras la pandemia?
Según el Diario El Economista se identificaron los siguientes cambios:
Habilidades laborales más demandadas pre-pandemia
Trabajo bajo presión (22%)
Trabajo en equipo (22%)
Orientación al cliente (21%)
Orientación al logro (18%)
Integridad (17%)
Y como consecuencia de la pandemia, las competencias profesionales más relevantes han sido:
Orientación al cliente (31%)
Orientación al logro (21%)
Comunicación efectiva (17%)
Trabajo en equipo (16%)
Integridad (15%)
Ahora que conoces la información sobre las competencias que se demandan en el 2024, te invitamos a que consideres fortalecerlas para que tu perfil sea realmente atractivo.