La educación virtual es cada vez más común, y garantizar la calidad de la misma es un desafío constante para las instituciones educativas. Por esa razón, existen diferentes modalidades de acuerdo a las necesidades de cada caso. Dos de las más conocidas son el aprendizaje sincrónico y asincrónico.
A continuación te cuento de qué se trata cada una para que sepas mejor cuál implementar en tu institución.
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¿Qué es el aprendizaje asincrónico y sincrónico?
Aprendizaje asincrónico: definición y beneficios
El aprendizaje asincrónico consiste en un modelo pedagógico que no sucede en tiempo real. Esta modalidad se da por medio de recursos y materiales educativos previamente elaborados por los docentes, a los cuales tienen acceso los estudiantes en cualquier momento y lugar, lo que les permite aprender a su propio ritmo.
Uno de los elementos a destacar de esta modalidad es que brinda cierta autonomía a los alumnos, lo que podría traducirse en el aumento de responsabilidad por parte del estudiante, pues no hay un docente que lo esté vigilando mientras realiza sus tareas. Otros beneficios importantes serían:
Cada alumno aprende a su ritmo sin estar limitado por horarios.
Los estudiantes pueden volver a revisar el material tantas veces como lo necesiten y pueden profundizar en los temas que les resulten más relevantes.
Optimización de recursos, costos y complejidades logísticas.
Metodología flexible.
Lo que sí debemos tener en cuenta con este modelo es que se pierde una de las bases más importantes de todo proceso educativo: la interacción. Esto puede suponer una desventaja porque muchos alumnos aprenden a través de la comunicación inmediata con sus compañeros y docentes.
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Aprendizaje sincrónico: definición y principales características
Por otro lado tenemos el aprendizaje sincrónico que es todo lo contrario al anterior, es decir que aquí sí hay una interacción en tiempo real entre docentes y alumnos, principalmente a través de videollamadas o videoconferencias, clases en vivo, chat, mensajería o seminarios web, y, así, simular la metodología presencial cuando se trata de clases virtuales. Al estar conectados al mismo tiempo, se garantiza una interacción inmediata y bidireccional.
En pocas palabras, el aprendizaje sincrónico es aquel en el que todos los estudiantes están aprendiendo de forma simultánea. La interacción entre alumnos y docentes es una de las ventajas más importantes de esta modalidad, pues uno de los factores más determinantes a la hora de aprender es la comunicación. Otras ventajas notables son:
Interacción en tiempo real para que los estudiantes hagan preguntas y obtengan una respuesta inmediata.
Mayor organización, pues los participantes tienen horarios fijos que seguir.
Feedback o retroalimentación inmediata para clarificar conceptos al instante.
Promueve la colaboración al generar un espacio común de intercambio.
Sin embargo, el hecho de que sea un aprendizaje en tiempo real podría implicar una desventaja para algunos estudiantes, pues no todos aprenden de la misma manera, ni tienen las mismas necesidades de aprendizaje.
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¿Cuándo elegir aprendizaje sincrónico o asincrónico?
La elección entre aprendizaje sincrónico o asincrónico depende de varios factores, como los objetivos educativos, la disponibilidad de los estudiantes y la naturaleza del contenido. Si se busca fomentar la colaboración y la discusión, el aprendizaje sincrónico es ideal. En cambio, si el grupo es grande y los participantes tienen agendas ocupadas, el aprendizaje asincrónico puede ser más efectivo.
A continuación te dejo algunos ejemplos para que evidencies la aplicabilidad de cada una de estas modalidades.
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Aprendizaje sincrónico
Clases de discusión para debatir temas en profundidad y compartir puntos de vista.
Formación práctica para temas que requieren demostraciones en vivo.
Sesiones de tutoría para garantizar orientación directa en tiempo real.
Evaluaciones orales o presentaciones para recibir feedback inmediato.
Aprendizaje asincrónico
Cursos de auto-aprendizaje para que los estudiantes aprendan a su propio ritmo.
Entornos de aprendizaje en línea con diferentes zonas horarias.
Cursos teóricos extensos para clases que impliquen lectura e investigación.
Programas escalables que buscan llegar a un gran número de personas.
En cualquier caso, y sin importar ambos tipos de modalidad o el tipo de aprendizaje, siempre es importante usar herramientas de colaboración y sistemas de gestión del aprendizaje para garantizar una interacción eficiente entre estudiantes y profesores, y el acceso flexible a materiales y contenidos educativos
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